Por José Luis Rojas Torrijos
Los medios, en su mayoría, siguen sin hallar una fórmula clara para conectar con las audiencias más jóvenes en tiempos de una desafección hacia el periodismo tradicional y evitación de noticias cada vez más extendidas. En este contexto hace apenas un mes nació WATIF, un emprendimiento periodístico hecho por periodistas millennials y Generación Z que lidera Emilio Doménech (‘Nanísimo’) y persigue, a través de nuevos formatos y plataformas, informar, explicar y entretener a las nuevas generaciones sobre las tendencias de futuro que les incumben en ámbitos como la cultura, el mercado laboral, la ciencia o la tecnología.
Para este blog, hemos conversado con Mar Manrique, autora de la newsletter sobre medios Fleet Street que forma parte del equipo fundador de WATIF, también junto Bosco Bárcena y Marina Enrich.
– ¿Qué carencias o posibles vías de mejora para el estado actual del periodismo se pueden poner encima de la mesa para empezar a hablar de WATIF y de este tipo de proyectos que están naciendo ahora?
– Yo diría que dos en concreto. La primera es que vemos que hay una evasión total; la gente evita las noticias más difíciles o más duras, sobre todo cuando hay un bombardeo constante de última hora de actualidad, de política sobre todo. Ya existen muchos medios que cubren esa información y, además, lo hacen muy bien. Pero hay un hueco por cubrir con información que no sea hard news y que la gente está evitando. La gente está muy abrumada por el contenido que recibe, lo que nos lleva a explorar cómo llevar a esas personas otros temas que les interesen sin caer en lo que ya se está haciendo.
Y la segunda cuestión tiene que ver con los hábitos de consumo de las generaciones más jóvenes, que son más proclives al entretenimiento. No había un proyecto que aúne periodismo y entretenimiento hecho por gente de nuestra generación. Intentamos tocar temas a los que damos un toque distinto para hacer periodismo y conectar con la gente de nuestra edad.
– Hay estudios que señalan cómo hay un volumen importante y creciente de personas, sobre todo las más jóvenes, que evitan las noticias. Parece como si la gente joven viera en los medios de comunicación de siempre algo que no va directamente con ellos. No sé si ese es el motivo por el cual también en WATIF perseguís hacer algo distinto para acercar el contenido periodístico a ese público joven que también quiere estar informado.
– Es verdad que es algo mucho más creciente o notorio en mi generación, pero creo que el hartazgo es general. Si tú tienes ocho apps en el teléfono de los medios tradicionales y en todas ellas te llegan lo mismo, con la última hora, todos nos sentimos muy abrumados. Las nuevas generaciones estamos más habituadas a buscar el contenido de entretenimiento, el contenido de nuestros amigos o el contenido inspirador a través de nuevas plataformas como Instagram o TikTok, y a través de nuevos formatos, como los podcasts conversacionales. Y el contenido informativo es lógico que también lo busquemos ahí porque es el sitio donde nos movemos.
Por lo general, la gente joven no va a una cabecera en concreto, sino que busca un tema que le interese, una información útil, y al final consume lo que le salga primero no o quien mejor se lo pueda explicar. Tal vez sea verdad que la gente joven se queda consumiendo en estas plataformas y no va a esas páginas web. Como también es posible que haya gente que lo siga haciendo cuando tenga 40 años porque se ha quedado anclada en lo que conoce. Estamos en un momento en el que los medios han de ser muy conscientes de esos hábitos de consumo.
En todo caso, partimos de la base de que hay mucha gente joven que quiere estar informada pero siente que no le llena lo que recibe de los medios tradicionales.
– Nosotros solemos poner el foco, porque nos dedicamos a ello, en los contenidos periodísticos que se consumen. Pero si la gente lo que quiere cada vez más es que se le dé un contenido de interés, de cosas que le afectan y sean útiles, ¿hasta qué punto sigue siendo importante entonces que ese contenido sea periodístico?
– A las nuevas generaciones cada vez les importa menos que sea un periodista quien les cuenta la información. De hecho, tienden a consumir contenidos de gente de su edad, se van nutriendo ellos mismos; es decir, van ampliando esa especie de burbuja de pensamiento a través de las conversaciones que pueden tener con sus iguales, sin tomar otro tipo de referencias. Es verdad que pensamos, por ese sesgo periodístico que podemos tener, que esos referentes periodísticos son importantes y que hay que tenerlos en cuenta, pero no creo que lo sean para la gente de mi edad. Seguimos a influencers que suelen estar especializados en determinados temas y lo que hacemos es vincular esas influencias a diferentes temáticas, pero no a través del periodista que tiene una columna de opinión en un periódico desde hace muchos años porque es que eso a eso no llegamos.
– Viendo el éxito de esos influencers, ¿el periodismo haría bien en emplear esos códigos y esas técnicas con las que estos creadores de contenido está conectando con ese público más joven?
– Esos códigos realmente pasan por ser natural, no hay que forzarlos. Si estamos hablando en un podcast, no estás pensando en hilar un discurso que suene muy elevado. Eso es algo que Emilio lleva en el ADN al cubrir la política estadounidense para Twitch y Twitter, o en mi caso, haciendo la newsletter Fleet Street, en la que me siento con total libertad para decir cosas que incluso puedan hacer gracia a quien las lee. Hablar con naturalidad es lo que mejor funciona.
– Está claro que vuestro tono desenfadado está muy bien desarrollado en todo lo que escribís, acorde a la línea de infoentretenimiento por la que apostáis. Pero también hay un equilibrio porque informáis y hacéis divulgación sobre temáticas que interesan como ciencia, cultura o tecnología…
– Aunque somos cuatro personas, este equipo es muy diverso, de diferentes generaciones y titulaciones, pero con background en medios, y esto influye en nuestro lenguaje. Nos leemos mucho los unos a los otros y nos editamos todo el tiempo para que se mensaje sea lo más entendible posible. Podemos dar muchas vueltas a un mismo tema con tal de que se comprenda bien. Hacer contenidos accesibles sin perder calidad de escritura es algo que tenemos siempre en cuenta.
– Para que todo se entienda bien, son importantes las fuentes, no solo los expertos con quienes habláis para producir vuestras piezas, sino también a las personas invitadas que entrevistáis en los videopodcasts y lleváis a los eventos.
– Sí, y además investigamos muy bien esos temas que vamos a tratar en profundidad con esas fuentes expertas. Por ejemplo, para abordar el tema de los órganos artificiales, nuestro compañero Bosco pidió directamente al entrevistado, Miguel Grande, los apuntes de la carrera para entender bien la complejidad de este asunto. Con los entrevistados que llevamos a nuestro videopodcast pasa igual. Al abogar también por un periodismo que sea entretenido, lo que buscamos es que las personas entrevistadas conozcan muy bien su rama de conocimiento, que sean buenos comunicadores y se expliquen bien. Dentro de esto, siempre que podemos tratamos de dar voz a gente joven que pueda hablar con autoridad de los temas, lo que, además, también te hace diferenciarte de los testimonios en las entrevistas en medios tradicionales.
– Otra de vuestras apuestas, acorde a los nuevos tiempos, es la de estar ahí donde está la gente. Decías el otro día que internet es vuestra «mayor fuente de inspiración y de consumo». Esto se ve reflejado también en donde pasáis más tiempo para contar historias. Ahí está vuestro videopodcast en Youtube, vuestro grupo de whatsapp y otros espacios digitales que se comparten para estar conectados con la audiencia y crear comunidad como gran reto.
– Exacto. De hecho, Emilio con La Wikly, su proyecto anterior, donde también habían estado compañeros Bosco y Marina, consiguieron crear una comunidad numerosa en Discord, donde hicieron salas temáticas y gamificación para incentivar la participación de la gente. Después de probar que todo eso les funcionó bien en Discord, esa idea en WATIF la hemos querido trasladar a lo presencial con esa comunidad que pueda venir a nuestros eventos en vivo. Y todo esto tiene que ver con lo que decía al principio: si la gente está saturada por tanto contenido, no nos interesa poner más en el plato sino que esas ventajas y beneficios que tiene la suscripción de pago sean por la comunidad, por la interacción, ya sea en la Colmena, nuestra comunidad de whatsapp o en los eventos con suscriptores y abiertos al público, que ya hemos organizado y vimos que funcionó muy bien, con gente muy entregada, que participó y luego tuvo un momento para beber cervezas y conocerse unos a otros. Fue muy especial ver que la gente reacciona también en este tipo de eventos, donde se forma un espacio tan cercano.
– Esto está relacionado directamente con el enfoque transmedia que le dais a los grandes temas por los que apostáis editorialmente, que colocáis tanto en la newsletter principal (‘Big Story’), luego en el podcast y de ahí al resto de plataformas. Esa manera de despiezar y adaptar el contenido a las características de cada plataforma, ¿también es esencial para sumar comunidades, aunque sean de varios sitios, llevarlos después a vuestra marca, ¿no?
– Sí. Nos enfocamos mucho en esa gran historia, en esa temática principal, y también en darle recorrido en los diferentes formatos y en las diferentes plataformas. A través de esa fragmentación, de un clip de reels en Youtube Source por ejemplo, lo que conseguimos también es generar tráfico. Somos muy conscientes de que cada producto debe funcionar de forma aislada, porque no todo el mundo tiene tanto tiempo para leer la newsletter, ver el videopodcast o los clips y posts. Tenemos que estar donde la gente está procurar que de un clip haya gente que pueda ir a ver el videopodcast en Youtube o Spotify.
Aunque esa fragmentación a veces también puede generar confusión porque estamos en muchos sitios haciendo muchas cosas, también eso nos ayuda a redirigir a los sitios donde están las historias principales, contadas de una forma detallada.
– La gran dificultad que suele comportar la puesta en marcha de un emprendimiento periodístico, tal como hemos visto estos últimos años en muchos proyectos en España, es lograr la rentabilidad económica. Entiendo que esto es un aspecto sobre el que ya manejaréis algunas claves para el futuro de vuestro proyecto…
– Creo que en nuestro caso tenemos la ventaja de que, al ser un equipo tan pequeño, somos muy ágiles y estamos muy dispuestos a probar cosas y cambiar aquello que no funciona porque nos lo dicen los suscriptores. Estamos en permanente escucha activa para hacer las modificaciones que sean necesarias. Queremos estar muy al día y preguntar, como hacer pronto focus groups con suscriptores, de forma que tengamos ese feedback de lo que estamos haciendo. Parte de la sostenibilidad de los medios pequeños y ágiles ha de pasar por ahí.